Mi  hermano

Mi hermano

Mi hermano es más grande que el sol,
brilla más que él, y aunque le abraces nunca te quemas.

Mi hermano, es más bonito que la luna;
siempre está “lleno” de besos y caricias para mí y me los regala sin ningún tipo de límite.

Mi hermano es más enorme que el mar,
siempre está tranquilo para que sus olas no me asusten y el agua está caliente para que pueda bañarme mucho tiempo.

Mi hermano es más hermoso que un bosque en otoño,
sus ramas son su brazos, por eso aunque yo no quiera siempre consigue abrazarme,
y las hojas que se caen son besos que terminan allí donde mejor les conviene.

Mi hermano es un parque tranquilo,
con columpios recién pintados para que pueda balancearme sin tener miedo a caerme.
Su suelo está acolchado y si tengo mala suerte y me caigo, aparecen nubes que amortiguan mi caída.

Mi hermano es un río tranquilo, en el que puedo jugar en verano y pasear en invierno.
No tengo miedo de este río, que cuando se produce el deshielo en la montaña, solo viene lleno de caricias y achuchones para mí.

Mi hermano es una montaña gigante que me deja a mí escalar,
pero que si vienes a hacerme daño se oscurece y te tira rocas hasta que vas.

Mi hermano es una noche tranquila, un día divertido, un melón que sabe bien.
Es compañero de viaje, amigo de los más débiles y soldado que nunca falla.

Mi hermano es el protagonista de la película de mi vida;
es compañero de fatigas y es el que canta conmigo cuando yo me arranco de alegría.

Mi hermano me da agua si tengo sed, una chuche si tengo un capricho
y jamás me ha levantado la mano.

Mi hermano es un ser especial, alguien que me entiende mejor que nadie y alguien que ha sabido dar un paso para atrás para que yo me lleve la atención de todos los presentes.

Mi hermano ha renunciado a una parte importante de lo que es ser niño, pues no tiene lo que tienen los demás, pero a pesar de eso, es un creador de felicidad y hace magia en el seno de mi familia para que cuando las lágrimas aparecen, se vayan lo antes posible.

Mi hermano hace magia con nada, saca risas del cajón, su corazón está lleno de palomitas dulces y nunca hay sitio para la gente que no nos quiere.

Mi hermano es la persona a la que más quiero del mundo… aunque no se lo pueda decir él lo sabe.
Mi hermano es guardián de mi silencio y amante de mis besos.

Hermano te quiero.

-Reflexiones de una persona con autismo.

 


Fotografía: David Martín

 

Puedo inventarme otro futuro para ti

Puedo inventarme otro futuro para ti

Querer y no poder hablarte de quienes son tus amigos en el colegio.
Querer y no poder preguntarte si ya le gustas a una chica o si eres el preferido de algún chico.
Querer y no poder abrazarte sin que te vayas sin esconderte en tu huida.
Querer y no poder saber si hubieras sido un buen o un mal estudiante.
Querer y no poder entender que te pasa cuando lloras tú solo, de repente y sin motivo aparente.
Querer y no poder estar contigo sentados mirando el sol, sin que salgas huyendo sin ningún destino que yo conozca.
Querer y no poder hacerte cosquillas porque notas mis dedos como martillos que te golpean.
Querer y no poder hacer realidad el futuro que tenía pensado para ti.
Querer y no poder sentarme a estudiar contigo el reino animal y el reino vegetal.
Querer y no poder dejarte solo leyendo tu tebeo favorito.

Pero si puedo ver que te quieren tus amigos en el colegio.
Pero si puedo ver que vas mucho con una chica con coleta rubia que es tu amiga.
Pero si puedo intentar una y otra vez darte abrazos y no cansarme de intentarlo.
Pero si puedo ver que pones todos tus esfuerzos en aprender y en intentar comunicarte.
Pero si puedo saber que si lloras es porque algo va mal y tú te las ingenias para hacérmelo saber.
Pero si puedo ver el sol cuando te persigo y sé que tú lo miras conmigo.
Pero si puedo hacerte cosquillas cuando estás despistado y hacértelas tan suave que te arranco una sonrisa.
Pero si puedo inventarme otro futuro para ti.
Pero si puedo estudiar la forma para que entiendas a amar a un perro y a no arrancar una planta.
Pero si puedo estar contigo y disfrutar de los pictogramas que hacen tu cuento preferido.
La vida me ha dado dos opciones: quedarme en el QUERER Y NO PODER o elegir EL PERO SI PUEDO.
Estuve mucho tiempo en brazos del primero y sólo me trajo desdicha y oscuridad. En brazos del segundo estoy aprendiendo a quererte de una forma diferente y a tener claro cuál es mi propósito en esta vida.
Mi consejo, no te vayas nunca con el QUERER Y NO PODER, es un amigo miserable que siempre te dejará pagar a ti y que no te contará nunca historias alegres.

-Reflexiones de una persona con autismo.

 


Fotografía: David Martín

 

No me tengas pena porque hablo de autismo

No me tengas pena porque hablo de autismo

Te puede dar pena una caña sin aperitivo
o Gandía sin sol.
Pena es una carrera en una media
o que no tenga cuernos un caracol.

Te puede dar pena un policía sin vocación
o que un árbol baile con las llamas del fuego;
pena es no decir nunca te lo ruego
o que el cantante desafine en una canción.

Te puede dar pena un batido sin nata
o ver a tu vecino en bata;
pena es un agujero en un calcetín
o el idiota que no tiene fin.

Te puede dar pena una piedra en el riñón
o el pájaro sin voz;
pena del que tira mucho de su razón
y del que insulta sin ton ni son.

Te puede dar pena el que da consejos de salón
el que opina de ti sin corazón;
pena del ignorante que se cree en la red un pro
y del que hace su opinión un brindis al sol.

Te puede dar pena del que opina en el blog ajeno
y el suyo lo llena de requesón;
pena de aquel que habla del autismo,
sin sentido ni razón.

Pero amigo mío a mí no me tengas pena, si crees que yo o los míos escupimos pena cuando hablamos es que no nos conoces demasiado.

Soy gracioso en el primer minuto de juego, tengo muchas alegrías y cosas buenas que contar, pero lo que quiero contar y mostrar es la realidad del autismo; si crees que disfruto en el barro que ha creado este monstruo en mi familia estás muy equivocado, pero creo que hay que contar lo que pasan las familias que conviven con él a diario. Negar esta realidad es la mejor forma de darle la espalda y que el autismo te apuñale en un callejón oscuro y solitario.

Si no te gusta esta realidad, a mí tampoco, pero no se va a solucionar no hablando de ella.

Por eso la pena yo no la necesito.

-Reflexiones de una persona con autismo.

 


Fotografía: David Martín

 

Hazme llorar lágrimas de miel

Hazme llorar lágrimas de miel

Lágrimas de miel, cuando veo que te acercas con una sonrisa.
Lágrimas de barro, cuando veo que te alejas de mí, guiado por tus miedos.

Lágrimas de miel, cuando intentas abrazarme y llevarme al mundo alegre de las cosquillas.
Lágrimas de barro, cuando veo que no me acaricias por miedo a que te esquive.

Lágrimas de miel, cuando intentas que tu hijo me conozca.
Lágrimas de barro, cuando coges a tu hijo y le apartas de mi como si se fuera a quemar.

Lágrimas de miel, cuando me pasas la pelota aunque no la toque.
Lágrimas de barro, cuando me apartas de tus juegos y tus risas.

Lágrimas de miel, cuando me ayudas a levantarme.
Lágrimas de barro, cuando eres el origen de mis tropiezos.

Lágrimas de miel, cuando limpias mis heridas.
Lágrimas de barro, cuando las haces más grandes.

Lágrimas de miel, cuando detectas mi diferencia.
Lágrimas de barro, cuando la haces más grande.

Lágrimas de miel, cuando intentas comunicarte conmigo.
Lágrimas de barro, cuando ni siquiera lo intentas.

Hazme llorar lágrimas de miel, pues no me merezco otra cosa. Yo no pude elegir y ser lo diferente que soy. Tú si puedes elegir cómo sean mis lágrimas.

-Reflexiones de una persona con autismo.

 


Fotografía: David Martín

 

¿Por qué sale corriendo?

¿Por qué sale corriendo?

¡Hoy ha sucedido!

Hoy paseando con Lucas me he encontrado con David y su madre.

David iba con Lucas a la guardería cuando apenas tenía un año y estuvieron juntos hasta los 2 ó 3 años.

David le quiere mucho y ha ido hacia Lucas para cogerle y darle un abrazo….

Lucas no le conocía. Lucas ha salido corriendo tapándose los oídos y moviendo las manos al aire como si se cruzara con un desconocido.

David ha preguntado a su mamá ¿Por qué sale corriendo? ¿Por qué no me conoce?

La madre ha sido maravillosa y le ha explicado, con muy buenas palabras, que Lucas es diferente y que le quiere igual, pero que tiene otra manera de demostrarlo…

Me he despedido de ellos. La pena me ha inundado. La tristeza ha emergido con una fuerza inusitada…

He tenido que ir a por Lucas e irme para casa; más que nada para no ponerme a llorar en mitad de la calle.

Ya en el salón de casa, he llorado… y he chillado de tal manera que no podía parar.

Para estos momentos no hay consuelo. No hay un hombro amigo que te ayude y tampoco lo deseas. Sólo quieres que pase. Pero que pase cuando realmente ya no puedes llorar más.

Aquí sí aparece la maldita pregunta: ¿por qué me ha pasado a mí?

Y no quieres respuestas, ni que nadie te diga que no te hagas estas preguntas que no llevan a ningún lado. ¡¡No hay consuelo para esto!!

Cuando la diferencia te la ponen al lado de la normalidad y la vida te la sirve en bandeja es desolador.

¡No comprendes nada!

¡¡¡No deseo comprender nada!!!

¡Solo sé que mi hijo no conocía a su mejor amigo de la guardería y que no le ha hecho ni caso! ¡Que tiene la mirada perdida en un infinito que me devora y me come por dentro!

¡¡Que no me dice papá!! y que no me lo dirá nunca…

Esto es desolador.

¡¡¡¡Y me podrán contar lo que quieran!!!! que es un niño precioso y que me quiere, y bla bla bla, pero hoy eso ¡me importa una mierda!

Mi hijo no conoce a sus amigos y no es capaz ni de decirles hola ni darles un abrazo.

¡¡¡Y esto duele sin límites!!!

Hoy sólo quiero estar solo y pedir perdón por la tristeza de este texto, pero esto es ¡¡¡la puta verdad del autismo!!! y lo que vivimos a diario con Lucas. Desde luego hoy me pilló débil.

¡Mañana será otro día…!

-Reflexiones de una persona con autismo.

 


Fotografía: David Martín