por F. Paredes | 12 Jul, 2018 | Lucas habla
Donde tú ves un lavaplatos yo veo la entrada al mundo de nunca jamás.
Donde tú ves solo un frigorífico para mí es la entrada a la cueva de los mil sabores.
En la pared que tú ves solo gotelé yo veo los girasoles de Van Goth, por eso siempre miro al mismo lado y tú no ves nada.
Una cama para mí es una colchoneta elástica donde puedo volar hasta tocar más arriba que tú.
Donde tú ves monedas yo veo caramelos de piña y chocolate y por eso me las meto en la boca.
Si tú ves una carretera por donde pasan coches, para mí es un camino hacia la aventura y por eso la cruzo sin mirar.
Para mí las hojas de una planta son mariposas prisioneras que quieren volar por eso las arranco para darles Libertad.
Un tarro de Nocilla para ti es una crema de chocolate y para mí es la mejor pintura para hacer mis grafitis por todas las paredes que encuentro.
Para ti estar en una terraza de noche es la ocasión de tomarte una copa, para mí la oportunidad de tumbarme en el suelo y mirar las estrellas.
Si tú saludas a alguien al que no quieres yo pasare de largo pues es la ocasión de demostrar que no soy tan falso como él.
Para ti un vaso de agua es la solución a tu sed, para mí la ocasión de ducharme vestido porque tengo calor.
Una espera para ti es respetar y ser educado, para mí colarme es la única solución a lo que me crea ansiedad.
Para ti unos zapatos nuevos es hacerte un agradable regalo y para mí la cárcel de mis pies.
Un buen vestido es el mejor momento para sentirte guapa y para mí es lija que rompe mi piel. Mi mejor traje es el aire y el frío de la noche.
Donde tú te desmoronas y ves solo problemas yo veo lo de siempre.
Lo que a ti te hace gracia a mí me da igual.
Y por lo que tú lloras yo me parto de risa.
En aquellos lugares y gentes en los que buscas la aceptación yo aprovecho para ser como soy.
Tu mundo y el mío son diferentes ¡Está claro! ¿Pero no te has parado a pensar que quizás el que deberías ser como yo eres tú y no al revés?
Piénsalo …
Reflexiones de una persona con autismo
Fotografía: David Martín
por F. Paredes | 9 Jul, 2018 | Padres
Que tú casa a las 3,35 de la madrugada se convierta en la franja de Gaza no es bueno ni para ti ni para tu mujer ni para tus hijos. Ahora bien, esto se ve claro tomando una cervecita en una terraza de un bar esperando al sol que se resiste a llegar.
Sin embargo pongámonos en situación y luego verás como lo de la franja de Gaza está muy bien traído.
Te has levantado a las 6:30 de la mañana en una ciudad maravillosa, pero difícil, como es Madrid. De casa al trabajo te esperan 50 kilómetros que tardarás en recorrer casi lo mismo que en irte a la playa (perdón mi exageración pero mis genes andaluces a veces hacen de las suyas); nada más llegar al trabajo sale a tu encuentro el primer sujeto diciéndote: a las 9:00 tenemos una col con los Zone Managers, ¿les has reportado? Pues hombre, tú cerebro pasa de repente al modo: no te llamo trigo por no llamarte Rodrigo, como decía ilustre humorista malagueño recientemente fallecido jarrrrrrr, y te vas a tu sitio intentando procesar lo que tienes que llevar a la reunión.
Entonces, te entra una llamada preguntando: ¿te ha llegado el correo que te acabo de poner sobre las sinergias interdepartamentales? Y ahí se te escapa la primera gotita de pipí y te acuerdas del anuncio de la incontinencia urinaria al tiempo que canturreas soy una chica yeyé.
Ganas la mitad que estos ejecutivos de pelo depilado y móviles que no entienden, así pasa tu día… y para comer una ensalada y un zumo de puerro y cebolla, que si no las mamás del cole me llamarán gorda.
A las 20:30 de la tarde vuelves a casa oyendo Kiss FM y cagándote en la madre que parió al Director General porque no te invitó al coctail que según él era solo para hombres con cargos de responsabilidad.
Por fin en el hogar te esperan tu marido, con sus miserias a cuestas, y tus hijos, uno queriendo que juegues a Spiderman y el otro esperando para hacer el sombrero de cartulina con garbanzos que tiene que llevar mañana al colegio.
A las 23:45 te acuestas, lo único que no te duele es el alma. Y entonces a las 3:35, tu hijo, que es una persona con autismo, decide que acaba de empezar Eurovisión. Sus carreras y alaridos te recuerdan que no te va a votar ni Portugal.
¿De verdad no entiendes que aquello de repente sea la franja de Gaza? ¿De verdad no entiendes que te cruces con tu marido y lo más suave que se te ocurra sea un insulto a sus progenitores?
Y así, herida de piedras que se lanzaron, consigues dormir un par de horas. Cuando de nuevo dan las 6:30 pones las TV y un señor político habla del gran avance en la conciliación de la vida laboral y la vida personal… Y es entonces cuando coges una cuchara y te arrancas por Rafael: HOY VA A SER MI GRAN NOCHE!!!! La la la La la la
Reflexiones de una persona con autismo
Fotografía: David Martín
por F. Paredes | 5 Jul, 2018 | Lucas habla
El Tipex nunca será un batido de vainilla y la Coca Cola sin burbujas nunca sabrá igual que la que las tiene.
La carrera en la media no es la M40 del voyeur y la vida dura lo que la sonrisa del payaso en su última función.
Las camas de los locos está noche no están hechas y la comida de los gatos son peces que miran al sol.
Si tu mirada y la mía se cruzan no hagas de mi intento un ton ni son.
Mis manos se mueven al ritmo de las hojas de aquel abedul lleno de vida en el que tú besaste a tu primer amor.
El rio esta vez, solo lleva lágrimas de niños que no pueden cantar su primera canción.
Las rocas están llenas de las almas de las lagartijas que hoy no salen al sol.
Y si tú me cortas las alas, mi vuelo solo será producto de tu imaginación.
Los límites esta vez los pongo yo.
En la noche sin charcos la lluvia de estrellas no existió y el niño que quería jugar, sin jugar se quedó.
NO me digas que me levante, pues el que se ha caído he sido yo.
La vida llora desnuda y no acepta mi equivocación.
Quiéreme sin prejuicios y verás como entonces sí que podré cantar mi canción.
Acércate, bésame, tócame, no soy más que el agua que busca su cascada para poder correr. Lo contrario es dejarme morir estancado.
Por favor, no lo permitas.
Reflexiones de una persona con autismo
Fotografía: David Martín
por F. Paredes | 2 Jul, 2018 | Lucas habla
Hoy hijo mío veo como tus besos se me escapan como pez al que quiero coger con mis manos. Dicen de los besos que aquellos que no das ya no volverán. Vendrán otros, pero los perdidos ya no.
Me gusta pensar que esos besos perdidos están en un lugar con los abrazos que nos debemos, con las caricias que nos dejamos de dar. Están allí esperando. Sí, simplemente esperando, dormidos, pero vivos. Están aguardando a que aprendas y comprendas que para terminar un beso tienes que poner los labios y besar; que los abrazos viven de los brazos que atraen a un cuerpo hacia el tuyo y lo aprietas.
Las caricias son fáciles: pasa tu mano por la cara como lo haces con tu abuelo. Te costará, nadie dijo que el autismo fuera fácil, pero estás aprendiendo y ya consigues poner la cabeza para que te besen y eres capaz de poner los brazos encima de los hombros del otro buscando ese abrazo que tarde o temprano llegará.
Hay que darle tiempo. No desesperes, es cuestión de tiempo y por mucho que tardemos nos estarán esperando. La vida hijo mío es luchar y perseguir lo que más deseas, es entonces cuando el tiempo se encarga de que tus objetivos se cumplan.
A veces pensamos que los grandes objetivos y quienes los consiguen son superhombres. Por ejemplo, y sin quitar méritos por supuesto a un superdeportista como es Nadal, quizás son tan importantes sus once Roland Garros como tu primer beso. La grandeza del objetivo depende de cada persona y no se puede menospreciar ninguno de ellos por poco que parezcan a la luz de los ojos de la gente.
Lo importante es la constancia. Que cada día sigas poniendo tu cabeza y que cada día vayas acercando tus labios a la mejilla del otro. Por pequeño que sea el avance significará que cada día estás un poquito más cerca de tu objetivo. Cuando quieras darte cuenta llegará el momento que girarás la cabeza y buscarás mejilla ajena, tus labios te seguirán y entonces habrás dado tu primer beso como mandan los cánones. A los besos le seguirán los abrazos y las caricias y así cumpliremos los objetivos tan ansiados por todos nosotros.
No debes temer por los retrocesos, ni por no avanzar, porque a tu lado estaremos tu madre, tu hermano y yo para recordarte que tienes tres objetivos nucleares. Y cada vez que venga alguien te ayudaremos a intentar besarle y cuando se vayan a que les des un abrazo. Estaremos pidiéndote caricias hasta que sepas darlas. No vamos a parar y sabemos que tú tampoco. Es cuestión de tiempo.
Hazte un bocadillo con nuestras caricias y nuestros abrazos, y para que sepa mejor ponle en medio muchos de nuestros besitos…
Reflexiones de una persona con autismo
Fotografía: David Martín
Comentarios recientes