¡Hoy es mi día y quiero que me veas! No quiero que me tengas lástima. Hoy es mi día y yo no soy el columpio roto en el que no monta nadie, ni el zapato que aprieta el día que te casas.
Hoy es mi día y no soy el gusano que no se convierte en mariposa ni quiero que nadie corte mis alas, aunque sean diferentes.
Hoy es mi día y no quiero que me mires como la playa negra en la que nadie se baña, ni como la tarde de lluvia en pleno agosto.
Hoy es mi día y no quiero que me veas como la lágrima del que nunca llora ni tampoco como el perro vagabundo que husmea y busca tu cariño.
Hoy es mi día y no soy un paracaídas que no se abre. ¡Es mi día! así que NO me mires como el grito de desesperanza de los que lo tienen todo perdido.
Hoy es mi día y no soy la última copa del que llora porque le han dejado, ni el whatsapp que nunca llega al enamorado no correspondido.
No soy el que llega el primero, pero tampoco quiero el abrazo que se le da al último.
No soy la batería del móvil que marca el 100% y te deja colgado, ni la planta que pide agua a costa de sus flores.
¡Solo soy un niño!, ¡Soy igual que todos!
El que me veas de otra manera depende única y exclusivamente de ti.
Por favor, no me mires diferente porque no lo soy; por favor, haz que mis lágrimas azules sean de alegría sabiendo que el día que me corresponde es el día mundial del niño.

Soy un niño, solo eso. No me pongas etiquetas que solo existen en tu mente.
Hoy es el día Mundial del Autismo, hagamos entre todos que pronto, como la campaña #cierraUNICEF, no tengamos que celebrarlo porque vivamos en un mundo en el que ningún niño es diferente, todos van al colegio y tienen los mismos derechos y oportunidades.
Con personas como tú que sólo ven en mi diferencia parte de mi esencia, pronto no será necesario celebrar este día y estaremos celebrando que todos los niños viven como niños.

-Reflexiones de una persona con autismo.

 


Fotografía: David Martín