¿Tenemos derecho a la queja las familias de una persona con autismo? Pues sinceramente, SI. Sólo faltaba, que algo o alguien nos negara el derecho a exteriorizar nuestras emociones y poder descargar la ansiedad y el estrés que nos provoca el TEA.

Entiendo que éste no es el debate. Pues la evidencia del mismo es propicio para que el mismo no existiera.

Ahora bien, otra cosa muy diferente es estar y vivir en la queja permanente.  ¿Es esto conveniente?

Mi opinión es que la queja es un derecho, y por tanto lo puedes ejercer. De ahí, a quedarte atrapado en la queja continua no creo que te ayude, sino que además te atrapará en un mundo donde la probabilidad de no ser feliz es muy alta.

De verdad vivir, y desayunar “café con quejas” a diario es la mejor manera de no ser feliz. Lo digo por ti.

Además todos y yo el primero, tenemos épocas malas, y las mismas se miden en cierto modo porque no hago más que quejarme todo el rato.

Es necesario tomar conciencia, que la queja como expresión de emociones SÍ, pero quedar atrapado en sus redes, no debería de ocurrir. Y de ocurrir, que seamos capaces de salir cuanto antes de esas conductas.

No hacemos bien a nuestros hij@s. Necesitan padres, y madres enfocados a la solución y no atrapados en el problema. Y desgraciadamente en el TEA, hay muchos problemas que solucionar.

¿Qué motivos hay para no estar continuamente quejándose?

  1. Hay gente que está peor. Sí, y entonces es una falta de respeto a los demás, quejarte de manera continuada, porque puedes hacerlo con gente que esté mucho peor que tú.

  1. Porque pierdes credibilidad. La persona que está continuamente quejándose, al final los demás no le creen. Lo que en un principio es bueno que es exteriorizar la emoción, se convierte en una adulteración del derecho a quejarte.

  1. Porque la gente al final no quiere estar a tu lado. ¿Te gusta estar al lado de gente que está continuamente quejándose?. Pues igual que te pasa a ti, si tú lo haces, el resto no querrá estar contigo.

  1. La queja si solo se queda en queja, no es el camino para la inclusión de tu hijo. La queja debe de ir acompañada de la acción enfocada a la solución de la misma.

  1. La queja continuada, alimenta la bestia de la “queja”. Hasta que consigues crear un circulo vicioso que se retroalimenta y del que no puedes salir.

Enhorabuena, a base de repetición, tu cerebro ha aprendido a quejarse continuamente y te has convertido en un eterno quejica.

  1. La queja es humana. NO es humano, quedar atrapado en ella. Porque entonces quedas enredado en las redes de la “queja continua” y esto te resta energía para enfocarte en las posibles soluciones para nuestros hij@s con autismo.

  1. Estar en un estado de queja continua es alimento que le encanta al resto de emociones negativas.

Y empiezas quejándote de que llueve, y terminas por la noche, pensando que el día ha sido uno de los peores de tu vida. Porque la queja, es la antesala de la frustración, de la ira, de la ansiedad, y de otras emociones negativas que entorpecen tu mundo emocional.

  1. Quejarnos continuamente del TEA, es no ayudarnos ni ayudar a lo que más queremos en el mundo: nuestros hij@s. Una persona que se está quejando continuamente y no haciendo nada, no va a solucionar nada.

Solamente va a crear un mal ambiente, en el que la persona con autismo no llegará al máximo de sus posibilidades.

  1. Porque es incompatible con la risa y la sonrisa. ¿Has visto a alguien reírse cuando se está quejando de un mal servicio? Por lo tanto compañer@ si te estás quejando no te estás riendo, y aunque sea solo por eso, no deberíamos de caer en la queja continua. Porque la queja continuada es una ladrona de guante blanco de la sonrisa.
  2. Porque no debemos convertir un derecho en una obligación permanente. Las cartas nos las repartes, lo que si decides es cómo las juegas. Y no he conocido a nadie que gane la partida con una queja permanente de las cartas que le tocaron.

En la página crecimiento positivo, se afirma de manera contundente lo siguiente: Puedes leer el post completo aquí

“Además, la continua queja provoca que no haya una «desconexión» real de la situación que ha generado la desazón y el dolor.

 La queja no nos orienta hacia la solución de los problemas, sino que gira en forma de círculo en torno al problema, al dolor y a la desazón. Algunas personas repiten la queja no solo porque creen que les alivia (y así sucede al principio) sino que también creen que les acercará a una solución en algún momento.

En ese sentido el mecanismo es similar al de la preocupación, en el que inicialmente las personas que se preocupan sienten que están empezando a resolver un problema puesto que perciben que están buscando soluciones, pero a medio plazo la estrategia de la preocupación no es funcional ya que no ejecuta acciones que supongan una solución real, al tiempo que pensar todo el tiempo en esa preocupación incrementa y mantiene la ansiedad.

Del mismo modo, repetir la queja hace que revivamos la experiencia una y otra vez, pasando de resultar aliviante al principio, a ser ansiógeno más adelante, incrementando nuestro malestar.”

Si te apetece puedes leer estos post, que a lo mejor son una “queja encubierta”. Como ves yo soy el primero en cometer errores. Por eso no te creas nada de lo que lees pues solo es fruto de mi propia experiencia.

El autismo y el mar

El autismo a veces rompe mi alma

Mis días están llenos de ojalas y mis noches de quisieras

Espero que te sirva de algo este post, y recuerda tenemos la obligación de ser felices, o como mínimo de crear ambientes propicios de bienestar. Y hazme caso, la queja permanente no lo permite.

Hasta pronto