Papá, hoy quiero ser mayor para irme con mis amigos y pasarlo bien; que no tenga hora para volver a casa, ni unos padres que esperen despiertos.

Hoy quiero ser mayor, para olvidarme de las chuches y de las patatas que con tanto cariño siempre me compraste.

Quiero volver solo del instituto, tener mis propias llaves. Quiero hacer fotos con mi propio móvil y que nadie me diga que no puedo poner un whatsapp.

Hoy quiero ser mayor, navegar por internet con libertad y con responsabilidad, pero que no haya un software que me controle.

Quiero coger el autobús yo solo, tener una chica a la que besar y empezar a pensar a qué me quiero dedicar.

Hoy quiero ser mayor para probar la cerveza y decidir yo solo si me gusta o no me gusta e irme de cena con gente mayor.

Quiero poder opinar libremente y que la frase “estamos hablando los mayores” desaparezca de mi mundo.

Hoy quiero ser mayor para no tener que ir contigo y con mamá de vacaciones, y marcharme unos días con mis colegas a la playa.

Quiero tener mi propio coche, mi propio dinero y gastarlos, donde, cuando y con quien yo quiera.

Hoy quiero ser mayor, para que sea yo el que prohíba y reclame, y que nadie me diga lo que tengo que hacer.

Quiero prepararme para un trabajo, pensar en un futuro lleno de retos de mayores, y poder vivir mi vida.

Y todo esto algún día, y desgraciadamente más pronto que tarde, sucederá…

Es ley de vida. Ese día ya no le podrás besar porque le ven sus amigos y la frase “eres un pesado” la oirás más de una vez. Ese día preferirá irse con su chica al cine que estar contigo jugando a la consola. Ese día ya no te buscará para hacer los deberes contigo, ni te dirá “eres el mejor papá del mundo”, no porque no lo piense sino porque al hacerse mayor empezó a sentir vergüenza de cosas que antes no tenía. Ese día verás como tu pequeño ya no lo es y como empieza a construir su vida fuera del nido que con tanto amor construiste para él. Y es humano que ese día como padre sientas pena de no poder coger entre tus brazos al que siempre fue tu pequeño o tu pequeña.

¿Y si te digo que tengo una gran sorpresa para ti? ¡Algo realmente maravilloso!

Pues sí, tengo una gran noticia para ti. Y es que tu hijo, que es una persona con autismo, estará contigo toda su vida. Es una delicia verdad. Es el deseo cumplido de muchos padres: ojalá siempre esté mi hijo a mi lado. Pues mi hijo estará conmigo toda la vida. Y quiero que así sea. Protegerle. Poder besarle siempre delante de sus amigos, seguir comprándole chuches y seguir haciéndole cosquillas por muy mayor que sea.

Estaremos juntos y eso es algo maravilloso. Algo que no pasará con mi otro hijo, que se hará mayor, tendrá su propia vida y algún día volará.

Yo sabía que el autismo tenía algo bueno y lo acabo de descubrir: todos los días de mi vida estaré con uno de mis hijos.

Reflexiones de una persona con autismo

 


Fotografía: David Martín