Mis días están llenos de ojalás y mis noches de quisiera.

Ojalá hijo mío que cuando digas tu primera palabra yo esté delante
Quisiera recordar esa palabra como la llave del Castillo de tu silencio

Ojalá que notaras mi ausencia, aunque lo que me duele es que no notes mi presencia
Quisiera que me abrazaras cuando llegara del trabajo, como lo hace cualquier hijo que espera a su padre

Ojalá hijo que tu aprendizaje no se pare nunca
Quisiera no tener que acostumbrarme a tus retrocesos como tantas veces ha pasado

Ojalá hijo mío no notes la indiferencia de los no solidarios
Quisiera que te ayudaran los solidarios a alcanzar el máximo de tus posibilidades

Ojalá hijo mío multipliques por dos los abrazos que nos debes
Quisiera estar cansando de tenerte tanto tiempo encima

Ojalá hijo, que aunque no puedas decirlo, te parezcamos la mejor familia del mundo
Quisiera que nunca tuvieras dudas de nuestro amor y nuestros esfuerzos por hacerte feliz

Ojalá hijo mío te pelearas con tu hermano, como hace siempre el menor con el mayor
Quisiera que tuvieras claro que tu hermano mayor siempre será tu guardián. Nunca dejará que te hagan daño

Ojalá hijo mío supieras que tu diferencia, son nuestras ganas de vivir
Quisiera que lo normal fuera que fueras a un cole normal

Ojalá hijo mío en tu mundo diferente no existan las cosas malas del mundo de los normales
Quisiera, que si de verdad no te enteras de algo, no te enteres de las cosas que hacen las malas personas

Ojalá ya no cambies nunca
Quisiera recordarte siempre como eres ahora

¡Mis días están llenos de ojalás y mis noches de quisiera!

-Reflexiones de un autista.

 


Fotografía: David Martín