Siempre he querido ser policía para llevar un cinturón de esos que lleva de todo: linterna, porra, pistola, guantes, esposas… parece una tienda de todo a cien.

Siempre quise trabajar en una farmacia, por lo del cúter, sí, sí, por lo de manejar el cúter y cortar ese trocito en la caja del medicamento y pegarlo en un folio con un trozo de celofán, me parece majestuoso.

Siempre he querido saber tanto como mi cuñado.

Siempre he querido ser un manitas de esos que son capaces de cambiar un armario empotrado de sitio en la habitación de matrimonio.

Siempre he querido ser carpintero, para tener un lapicero de esos de dos colores rojo y azul y marcar sin confundirme donde tengo que hacer el corte en las tablas.

Siempre quise tener la sabiduría de la calle del camarero y la sutileza de las suegras para herir a sus nueras.

Siempre quise tener un carro para la playa de esos que les pones todo encima.

Siempre he querido ser de ese tipo de gente que oye un ruido raro en un coche y sin inmutarse opinan: eso es del turbo… y efectivamente, vas al taller y es el turbo.

Siempre he querido tener la fuerza de voluntad del sabelotodo, que aprende por su cuenta y no tiene ni la EGB.

Siempre quise tener paciencia para aguantar a un tonto a tu lado durante años y mantener siempre la sonrisa en la cara.

Siempre quise tener la ignorancia ilustrada de ese que dice: yo me tomo 7 cañas al día, 4 Gin Tonic, solo como grasa… pero eso a mí no me afecta.

Siempre quise saber controlarme cuando hay buen vino, buen jamón y un queso curado que quita el sentido.

Siempre quise a mi mujer, a mis hijos y a los demás.

Siempre quise tener la indiferencia de un gato y al mismo tiempo ser tan cariñoso como ellos.

Siempre quise tener los ojos de mi mujer, la nariz de mi hijo y el cuerpo de mi vecino el que va al gimnasio pero no se pasa con las pesas.

Siempre quise que me hubiera quedado bien un tatuaje.

Siempre quise poder llevar camisetas ajustadas, que me quedaran bien las gafas de sol y que me pudiera poner un bañador turbo sin escuchar murmullos cuando llegara a la piscina.

Siempre he querido ser protagonista de la tertulia de las madres del colegio de mi hijo, que hablan entusiasmada del tema: hay un padre en el colegio

Pero lo que siempre he querido es que integres a las personas con autismo. Que no te plantees los motivos, porque dan igual. Que nos acerquemos a personas diferentes para ver si aprendemos algo de ellas.

SIEMPRE he querido que mi hijo un día se levante y se produzca de manera natural el binomio de decir papá y darme un beso.

Y tú ¿qué quieres?

Yo lo único que quiero es que des voz al autismo.

 

Reflexiones de una persona con autismo