En el autismo hay muchas cosas que son nuevas; cosas que tienes que aprender a digerir y que, por duras que sean, no te queda más remedio que asumirlas para seguir adelante con tu vida y con tu hijo.
Pero hay dos cosas que realmente me producen una gran tristeza y desasosiego: la primera es la auto lesión que llevan a cabo algunas personas con TEA y la segunda es que mi hijo llore y no sepamos porqué.
Autolesionarse, gracias a Dios, aún no ha sucedido. Y espero que no pase nunca. Pero la segunda nos ha pasado varias veces y realmente te estropea el día. Por mi parte no puedo superar ese momento en que mi hijo llora con enorme tristeza y no sabemos qué le pasa. Llora con desesperanza y con una pena que quizás sobredimensionamos al no saber el origen.
Si lo piensas es bastante duro que no puedas expresar con palabras: el dolor, la tristeza, el enfado, o incluso la frustración. Es muy jodido que llores y no puedas decirle a tus padres, amigos o familia qué te ocurre.
Imagínatelo por un momento. Imagínate a ti, rodeado de gente, llorando y sin poder decirle a nadie qué te ocurre. Para nosotros, como padres, es realmente duro ver a nuestro hijo en un momento de desesperanza y no saber qué está ocurriendo. Le cogemos, le abrazamos, pero no dejamos de preguntarle ¿qué te pasa?.
Como digo, quizás no sea nada, pero la incertidumbre nos mata. Pueden ser los dientes, el estómago, los oídos, que algo no le ha gustado en la tablet, que se ha acordado de algo triste, y así podría seguir y seguir con una lista interminable de cosas que creemos que pueden estar pasando y que te hacen llorar.
Nuestra desazón es porque solo tenemos clara una cosa, y es que esas lágrimas no son producto de alegría ni de buena emoción. Porque es nuestro hijo y sabemos que cuando llora así es que algo “malo” le pasa.
Y de igual manera que viene, pasa y se olvida. Nuestro hijo vuelve a recuperar su alegría, sus risas y su felicidad. Pero esas lágrimas, que son pasajeras y que a lo mejor para él no significaron nada, a nosotros nos deja un poso de tristeza y un pensamiento negativo: ¿Por qué mi hijo no es capaz de decirme qué le pasa? ¿Por qué llora mi hijo y no soy capaz de saber los motivos?
Muchas veces saber los motivos no te sirve de mucho, pues no puedes hacer absolutamente nada para parar el llanto; pero sabiendo el origen, puedes hacer cosas para que tú hijo deje de sufrir. Por supuesto si no sabes porqué llora, jamás podrás hacer nada para darle consuelo. Solo abrazarle y esperar a que pase ese momento asqueroso que te arruina el día.
El consuelo lo encuentras rápido, viendo a tu hijo que ha recuperado su alegría, su felicidad y pensando, sobretodo, que los momentos buenos que tiene mi hijo son muchos más que los malos. Sin embargo, como digo, esto es simplemente consuelo. No quiero acostumbrarme al momento en que mi hijo llora y no se el porqué, ni “llevarlo bien”, ni “saber convivir con ello. No quiero consolarme diciendo: ¡bueno seguro que es por una tontería de niños!
Ese momento es una “gran mierda” y no creo que nunca pueda decir que lo voy a superar, pero esto es lo que hay.
Reflexiones de una persona con autismo.
Fotografía: David Martín
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