Caminas por la playa pero tus pies no dejan huellas en la arena, a pesar de eso yo te sigo.
Compones canciones para violines sin cuerdas y para un público sordo que no puede escucharte, a pesar de eso a mí me gustan.
¡Hijo mío! corres en una carrera que no tiene meta, pero a pesar de eso yo te aplaudo cuando no llegas a ninguna parte.
No estudias y haces que las notas en tu caso no tengan importancia, a pesar de esto cuando nos dicen que has hecho un curso brillante, tú madre y yo nos apretamos las manos sabiendo que vas aprendiendo.
Miradas perdidas que nunca caen en los ojos de los demás y caricias que nunca das son recompensas que tú nunca utilizas para demostrar a alguien que le quieres… a pesar de esto yo sí me siento querido por ti
Conviertes noches normales en noches sin lunas que no quieren que salga el sol, donde los minutos se convierten en horas intentando que te duermas, a pesar de ello yo quiero seguir durmiendo a tu lado.
Buscas mariposas en desiertos que crea la sociedad y donde solo hay escorpiones, a pesar de eso yo sigo intentando construir oasis para ti.
Te encargas de hacer algunos días más largos que un mes, pero a pesar de eso yo quiero que amanezca para estar contigo.
No sabes decir te quiero, ni siquiera decir papá, pero a pesar de eso yo hablo contigo con más que con nadie.
No juegas en el parque con nadie y ves monstruos en los columpios, como Don Quijote los veía en los molinos de viento, a pesar de eso yo juego contigo todo lo que puedo y más.
Y a pesar de todo esto, te quiero más que a nada en este mundo, porque para mí tus diferencias son precisamente tus grandezas, ya no te imagino de otra manera.
Son tantas las cosas que haces diferentes al resto, que no tendría espacio para escribirlo en un blog. Pero es solo eso: diferentes. Es cierto que a veces son cosas que me producen daño y dolor y consiguen derrumbarme, pero a pesar de eso, en la diferencia yo encuentro tu grandeza y es precisamente por eso que no llego a entender por qué se juzga a otro ser humano por ser diferente. Puedo llegar a entender que al que se considera diferente no se le ayude, esto mi mente es capaz de analizarlo y racionalizarlo, ahora bien, que se le distancie, que se le juzgue, que se le aparte, no llegaré nunca a comprenderlo.
A pesar de eso, yo a esas personas tampoco las juzgo, simplemente no quiero que estén en mi vida. A estas alturas prefiero gente sana, gente que ayude y se ría, gente que juegue a amar, y sobre todo buena gente, que la hay a borbotones.
Vente a mi lado, si eres buena persona. Si no sigue tu camino.
Reflexiones de una persona con autismo
Fotografía: David Martín
Comentarios recientes