Pellizquitos en tus manos para sentirte cerca.

Pellizquitos en tus besos para que no sean para otro.

Pellizquitos en tu alma para que no se quede dormida.

Pellizquitos yo a ti y tú a mí.

Pellizquitos para que tus avances no paren nunca.

Pellizquitos para que te quieran como eres y no como les gustaría que fueras.

Pellizquitos para que mires a los ojos que te lo ponen difícil pero no imposible.

Pellizquitos para que seas mi mitad sin la que no podría ser yo.

Pellizquitos para que sepas que estuve, estoy y estaré siempre a tu lado.

Pellizquitos para que algún día digas papá y yo te diga pellizquitos.

Pellizquitos para que no olvides que eres lo más importante para tu madre y lo más importante de nuestra familia.

Entre las muchas cosas diferentes con las que nos sorprendes día a día ahora tienes la maravillosa costumbre de coger nuestras manos y dar pequeños pellizquitos hasta que el sueño te vence.

Lo haces una y otra vez, hasta que el sueño te vence. Esos pellizquitos son el preludio de tu sueño y si no los haces no te duermes.

Me voy al sueño contigo a mi lado y con mi corazón lleno de pellizquitos maravillosos que me das durante el día.

Espero ansioso los pellizquitos de mañana por que los de hoy ya se terminaron.

-Reflexiones de una persona con autismo.

 


Fotografía: David Martín