En el tea todo lleva su tiempo.
Cuando te dan el diagnóstico, que suele estar plagado de una gran incertidumbre, pues la gran mayoría de las veces viene acompañado de la frase: “Al tratarse de un trastorno del desarrollo habrá que esperar para ver como evoluciona”, ya se nos pide a los padres y madres que “demos tiempo”.
Un tiempo que pasa despacio o deprisa, pero eso da igual. Un tiempo donde la mente de los padres se inventa películas buenas o malas. Y que el final nunca se sabrá, pues hace falta tiempo.
Ese tiempo que todos sabemos que es nuestro bien más preciado, y que el autismo te pide que se lo regales para ver como evoluciona tu hijo, cuando te han dicho que el pequeñ@ que imaginabas ya no está. Se necesita tiempo.
Y entras en el duelo, y luego en la negación, y luego en la aceptación, y cada etapa te lleva tiempo. Todo se cura con tiempo, dice el refrán.
Pero el tiempo a veces juega a tu favor y a veces no. Muchas veces el pequeño evoluciona y tiene un desarrollo espectacular, pero otras veces con el tiempo lo único que llega es el estancamiento, o las regresiones del autismo. Pero a pesar de eso las familias ofrecemos tiempo.
Nuestro hijo crece y es cuando entonces nos damos tiempo que su trastorno, ese que nos pedía tiempo, es el mayor devorador del poco o mucho tiempo del que disponemos. Que gran incongruencia.
Sin embargo, y es virtud de las “familias azules” alimentamos nuestras esperanzas con tiempo. Dejamos que éste pase, aprendiendo sobre el TEA, y ofreciendo a nuestro hijo los mejores momentos y nuestras mejores horas, como si el tiempo no importara.
Conectamos con otras familias, a las que el tiempo les ha enseñado a tener paciencia, a buscar esa tranquilidad y serenidad que se necesita para los momentos de crisis y ansiedad de nuestros niñ@s.
Aparecen dudas, en las que el tiempo sigue haciendo de las suyas. ¿Y que futuro tendrá mi hijo cuando yo no esté? Y el tiempo hace malabares con tus sentimientos, con tus emociones y con lo más sagrado que tenemos: el amor hacia nuestros hij@s.
Eso sí todo cambia cuando ves que el mejor regalo que le puedes dar a tu pequeñ@ es eso que tanto te reclamó la vida: El tiempo.
Tiempo junto a él. Tiempo para que llegue al máximo de sus posibilidades. Tiempo para quererle y protegerle de las posibles deficiencias que le ofrece un entorno hostil para ello.
Jamás he oído quejarse a una madre o padre del tiempo que pasa con su hij@ con TEA. He oído reclamar descanso, he oído reclamar espacio para la pareja, he oído reclamar recursos económicos para el bienestar de las personas con autismo. Pero jamás he oído una sola queja de pasar tiempo con ell@s.
Y eso es porque el tiempo ha hecho algo maravilloso. Ha jugado a nuestro favor, y ha conseguido que eso que vimos como un gran monstruo, se ha convertido en una condición, en una manera de ser, de la persona que más queremos en este mundo.
Si pudiera jamás a mi hijo le etiquetarían con la palabra “trastornos”. Mi hijo es así, y tiene autismo, igual que cualquier otro puede tener el pelo rubio. Evidentemente no estoy loco, y sé que el ser así, lleva consigo una serie de necesidades que no puede satisfacer por si mismo.
Por eso sé que las sociedades avanzadas ayudan a personas con discapacidad. Pero sin etiquetarlas, sin estigmatizarlas, sin pena mal entendida, y destinando recursos para que estas personas vivan de una manera digna y con respeto. Ni más ni menos, como cualquier otro ciudadano que no tiene esta condición.
Sé que falta tiempo para que las cosas sean ideales. Pero entre todos y con tiempo, buscaremos un mañana donde el TEA esté normalizado socialmente a base de tener los recursos suficientes para que tod@s vivamos una vida digna y con respeto.
El tiempo juega a nuestro favor, y tanto es así, que en los últimos años hemos avanzado mucho con este y otros trastornos que llevan consigo una discapacidad para la persona. Y será con tiempo como consigamos la verdadera inclusión en una sociedad digna de nuestro querido país.
Danos tiempo, y seremos mejor sociedad. Tiempo, necesitamos tiempo. Pero que esto tampoco sea escusa para dejar que los avances vayan lentos.
Hagamos del tiempo un aliado en la verdadera inclusión de las personas con TEA.
Fdo. Fran Paredes, padre de una persona con autismo
Comentarios recientes