Medias tintas no son buenas para determinadas cosas.
Nunca fue bueno un beso a medias, ni las caricias que solo da uno en una relación de dos. No se entiende una gafa a la que le falte un cristal, y no gusta la gente que solo ve la mitad de este mundo.
Un cigarro sin fuego no sirve, una caña sin presión no está buena, y la Coca Cola sin gas sabe a jarabe.
Unos calcetines pierden su sentido si se pierde uno de ellos ¿Qué haríamos si solo tuviéramos una ceja? Los besos se dan con dos labios, y no con uno. Un asado sin un ribera pierde amabilidad, y si llueve y no caen gotas, nadie lo entiende.
¿Qué sería una buena playa sin fina arena? O un delfín que no diera saltos. Hay cosas que no sirven a medias.
Un padre sin hijos, y un amor sin ser correspondido. Hay cosas que si se hacen a medias solo pueden traer sufrimiento.
Si saltas y no despegas del suelo, si te ríes con la cara triste o si escuchas sin poner atención. Si abrazas sin sentimiento, un parque sin columpios o un niño que no ría.
Hay cosas que van de la mano. Una amistad que no consigue mantenerse, o unas manos que no pueden acariciar.
Y por eso, esas cosas se entienden siempre juntas: una sandía que esté muy caliente, o una sopa que esté muy fría. Una pareja de novios que no discuta. Un joven que no sea rebelde, y una cáscara de plátano que no resbale.
Y así podríamos seguir con cosas que no tienen sentido si se hacen a medias o no tienen las consecuencias que se espera de ellas.
Por eso, si vas a integrar e incluir a otras personas que lo necesitan, por favor, no te quedes a medias. Que no sea la conversación en un bar brindado con un vino bueno alzando la copa y diciendo: ¡¡está va por los diferentes¡¡
De verdad, eso no sirve. Lo que realmente marca la diferencia, y nunca mejor dicho, son tus acciones. Las palabras siempre son pájaros que pasan y se marchan sin dejar rastro. Lo que determina y lo que ayuda, son los actos. Por pequeños que sean marcan. Llegan, y a base de muchos actos pequeños, y también grandes, se consigue la integración y la inclusión.
La consecuencia que se espera si integras es que cada vez se tolere un poquito más a los diferentes, que cada vez se pongan más recursos a favor de los más desfavorecidos y que ayudemos a aquellos que no tienen las mismas oportunidades que el resto.
Si dices que integras pero tus acciones no tienen consecuencia en las personas diferentes, por pequeñas que sean, no sirve de nada.
No integres a medias.
Reflexiones de una persona con autismo
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