Y es que a una hermana/o de persona con autismo, no le podemos pedir más……..
La vida ya le ha cogido de la pechera y le ha escupido a la cara verdades difíciles de digerir y de cargar con ellas toda la vida. Es muy difícil, para un niño, asumir que no puede jugar con su hermano, que su hermano no le abrazará en ocho, nueve años o quizás nunca.
Por favor, plantéate por un segundo que alguien te dijera que esa hermana/o que tienes y al que adoras, nunca jugará contigo, nunca te hablará. y que llegarás a él/ella solo con tus ganas de ser hermano y tu amor infinito…¿Cómo te sentirías?
Pues los hermanos de las personas con autismo, de repente son iluminado por un don especial, y llevan esto con el mayor de los orgullos. Pero no solo es que lo llevan de manera magistral, si no que son capaces de desplegar una serie de herramientas, que hacen que las personas con autismo sientan que tienen una hermana/o. Y así crecen. Y así apuntalan el amor hacia su hermana/o. Sin importarles que le digan que son diferentes, que no juegan con ellos…..Sacan pecho y orgullosos gritan: Mi hermana/o es así y no quiero a otra/o.
Y la gente a veces se equivoca. Y sin maldad dice cosas y preguntan cosas a mi hijo el mayor, que no tendría porque verse expuestos a ellas. Sé que es sin ánimo de hacer daño. Todo lo contrario, son preguntas de adultos que nos creemos que nos acercan a una hermana/o de una persona con autismo:
¿Qué bien tener a Lucas de hermano, es diferente?
Tienes que cuidar mucho a tu hermano, y ser responsable de él……
Te toca quererle más que a nadie…..
Le tienes que dar lo que pida, que él es especial….
Y así frases que van dando como el agua del mar en la roca, y va erosionando a mi pobre Hugo. Pero también como buena “roca de mar” aguanta sonriente y a veces cuando la persona adulta se ha ido, y le ha preguntado o ha dicho algo inconveniente, Hugo de nuevo me da una lección de vida que me hace poner colorado, de lo tontos que somos los adultos.
Y le digo: Este tío es idiota no sé para que te ha preguntado esto……y Hugo me mira, y me dice: Papá, esta persona no sabe lo que es el autismo, y entonces no sabe que decir. NO pasa nada………….y así me sonrojo, y me voy para mi habitación pensando: acabo de estar en una conversación de dos adultos con mi hijo de 11, y había dos idiotas y mi hijo no era……….
En fin de nuevo deberíamos de aprender mucho de los niños, y callarnos cuando ellos hablaran. Pues no nos damos cuentas que a veces, los años lo único que han hecho ha sido hacernos más tontos.
En fin, “un ole” por mi hijo Hugo y por todas las personas que tienen una hermana/o con autismo pues de ellas será el Reino de los Cielos, y el Mundo terrenal………..
Te quiero Hugo .
Reflexiones de una persona con autismo
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