Las pequeñas cosas del autismo

Mi hijo no podrá pelar un cacahuete

Ni poner en el grupo de chat de whatsap de las familia: os quiero

Ni pedir un helado de chocolate

Ni decirle a sus chica, dame un beso

Ni pedir sal cuando el filete esté soso

Ni preguntar por la Cibeles, ni por Neptuno para celebrar que su equipo ha ganado la liga pues no sabe cual es

Ni abrocharse un cordón

Ni pedir otro cuchillo pues el suyo no corta la carne

Ni pedir aceitunas con una caña

Ni decir lo siento cuando se equivoque

Ni decir la hora cuando se la pregunten

Ni decir si le gusta o no el mar

Ni podrá de por que echa de menos tus caricias

Ni podrá llamar a su amigo para que baje a jugar

Ni pedir que les rasques la espalda porque él no llega a

Ni pedir agua porque el cocinero se le fue la mano con el picante

Ni pedir la barra de pan más tostada

Y es que igual que otras veces he defendido que la felicidad está en las pequeñas cosas, también el no poder tenerlas genera infelicidad. Es inevitable pensar la cantidad de cosas que mi hijo “no podrá”. Es cierto que me tengo que enfocar en las que sí podrá hacer,  porque si no la vida sería como caminar descalzo por un campo de cristales. Sin embargo, hay momentos en los que es inevitable pensar en ello. Y hoy es un día de esos.

Vámonos a la cama y a que termine el día, porque hay días que la única solución para que no duelan es que se terminen.

Reflexiones de una persona con autismo

 

No es incluir a personas con autismo, es tener valores

He visto como en un ginmasio, estando vacío el wc de hombres, alguien ha usado el adaptado para personas con movilidad reducida.

Estamos cansados de ver a personas que aparcan sus coches en plazas que son para personas discapacitadas.

En el autobús y en el metro, nos sentamos en los asientos reservados para ancianos y para discapacitados, habiendo asientos libros que no están reservados

Hemos chillado y alzamos la voz en un restaurante sin importarnos si al lado hay un persona con autismo que no soporta el ruido.

Tiramos petardos al lado de los edificios, habiendo un descampado al lado, en el que no molestamos a nadie

Aparcamos en doble fila y nos metemos a tomar una cerveza, sin darnos cuenta que tapamos uno o varios coches que pueden tener una urgencia

Sacamos el móvil y lo ponemos encima de la mesa, cuando vamos a comer con alguien, demostrándole que nos importa más el móvil que él

NO dejamos salir, antes de entrar, y hay gente que si ve que alguien no llega al ascensor, no hace ni amago de abrir las puertas para esperarle

Entramos en un sitio y no damos los buenos días, y si estamos en el sitio, y entra alguien y los da no le contestamos

Cuando vamos a un cocktail empezamos a coger cosas de las bandejas, sin impártanos si habrá para todos

Sabemos que alguien ha tenido una desgracia, y no somos capaces de preguntarle ¿Como estás?

En la fila, si podemos nos colamos.

Si reparten algo gratis, nos llevamos más de lo que necesitamos.

Si se puede uno escaquear y quedarse con el bote que es de todos, lo hacemos.

Y así miles de cosas, que hacemos, que lo único que nos convierten es en peores personas.

En estas cosas, me estoy incluyendo por educación, pero yo estas cosas no las hago. Por esto tampoco quiero generalizar, y decir que todo el mundo el así. Pero si es cierto que hay bastante gente que tiene estos comportamientos, y ni siquiera lo piensa.

Y en esta ocasión, voy más allá, del maldito autismo. NO se trata de respeto a una persona con autismo, se trata de respetarse a uno mismo. Se trata de respetar a los demás, sea cual sea su condición. Y sobre todo se trata de ser cívico, y de pensar un poco más en los demás que uno mismo.

Jamás, jamás, jamás, podremos construir una sociedad inclusiva si valores, tan sencillos como los que he comentado, y desgraciadamente no los tenemos interiorizados. Y es labor de todos. De mayores, de educadores, de integradores, en fin de todos y cada uno de nosotros. Y tenemos que hacerlo desde el ejemplo, y desde levantar la voz, cuando veamos una transgresión a la buena educación. Si no, es imposible hablar de inclusión de personas con autismo. Cuando tenemos carencias tan grandes en cosas tan pequeñas y a la vez tan importantes.

Reflexiones de una persona con autismo.

Yo no creo en el autismo

 

 

No me gusta creer en las medias tintas ni en las medias sonrisas que nunca sumándolas harán un sonrisa entera

A mi no me gusta que lo tengas claro en la barra del bar, pero luego naufragues en las aguas bravas de mi condición

No me gusta el baile que es solo para los guapos, y que cuando escupes al cielo le caiga a otro que no seas tú

A mí no me gusta tus palabras que son vacías como pompas de jabón ni tus actos que me separan más de mi integración.

No me gusta ser fuente de parque que no echa agua, ni columpio roto en el que solo se balancea tu imaginación

A mi no me gusta el helado caliente ni la sopa fría, ni la barra de labios que cuando se usa hace menos bella a la persona que la usó

No me gusta tu bolsillo Roto del pantalón por el que se cae mi inclusión, ni la chupa que te pones porque en el autismo hay días sin sol

A mi no me gusta que chilles, ni que me pongas barreras, cuyo criterio al construirlas son sin ton ni son

No me gusta que me abrigues, para que tú conciencia no tenga frío y tampoco tú agua, cuando al qué calmas, no es al mío si no a tu corazón

Me gustan los que arriman su hombro para que no se derramen más lágrimas que no saben su origen,

y me gustan los que se levantan pensando que el día tiene muchas horas para ayudar a los demás y muy pocas para excluir a nadie

Me gustan los que me ayudan y jalean mi nombre: VENGA LUCAS TÚ PUEDES¡¡¡¡ aunque sea para un simple tan hecho como llenar un vaso de agua

y me gustan los que me comen a besos, porque yo no sé darlos.

Me gustan los que cantan esperando que yo esté mejor, y me gustan lo que me traen chocolate porque saben que algún día les daré ese abrazo que

tanto reclaman.

Me gustas tú que me quieres, y que te da igual mi condición, porque me quieres como soy, no como lo que le gustaría que fuera a mucha gente.

Y No me gusta el que no integra, a mi no me gusta en definitiva la sin razón……….

Reflexiones de una persona con autismo

Lo que no me gusta y si me gusta del autismo

No me gusta creer en las medias tintas ni en las medias sonrisas que nunca sumándolas harán un sonrisa entera

A mi no me gusta que lo tengas claro en la barra del bar, pero luego naufragues en las aguas bravas de mi condición

No me gusta el baile que es solo para los guapos, y que cuando escupes al cielo le caiga a otro que no seas tú

A mí no me gusta tus palabras que son vacías como pompas de jabón ni tus actos que me separan más de mi integración.

No me gusta ser fuente de parque que no echa agua, ni columpio roto en el que solo se balancea tu imaginación

A mi no me gusta el helado caliente ni la sopa fría, ni la barra de labios que cuando se usa hace menos bella a la persona que la usó

No me gusta tu bolsillo Roto del pantalón por el que se cae mi inclusión, ni la chupa que te pones porque en el autismo hay días sin sol

A mi no me gusta que chilles, ni que me pongas barreras, cuyo criterio al construirlas son sin ton ni son

No me gusta que me abrigues, para que tú conciencia no tenga frío y tampoco tú agua, cuando al qué calmas, no es al mío si no a tu corazón

Me gustan los que arriman su hombro para que no se derramen más lágrimas que no saben su origen,

y me gustan los que se levantan pensando que el día tiene muchas horas para ayudar a los demás y muy pocas para excluir a nadie

Me gustan los que me ayudan y jalean mi nombre: VENGA LUCAS TÚ PUEDES¡¡¡¡ aunque sea para un simple tan hecho como llenar un vaso de agua

y me gustan los que me comen a besos, porque yo no sé darlos.

Me gustan los que cantan esperando que yo esté mejor, y me gustan lo que me traen chocolate porque saben que algún día les daré ese abrazo que

tanto reclaman.

Me gustas tú que me quieres, y que te da igual mi condición, porque me quieres como soy, no como lo que le gustaría que fuera a mucha gente.

Y No me gusta el que no integra, a mí no me gusta en definitiva la sin razón……….

Reflexiones de una persona con autismo